martes, 22 de noviembre de 2016

Método Padovan - Reorganización neurofuncional basado en...

REORGANIZACIÓN NEUROFUNCIONAL 
BASADA EN EL MÉTODO PADOVAN

 Cuando nacemos somos un proyecto de futuro. Tenemos, si no hay ninguna malformación genética o agresión externa, los elementos biológicos fundamentales para poder llegar a ser unos seres pensantes, autosuficientes, con capacidad de aprender, de decidir...
Durante toda la vida, gracias a los estímulos que recibe el sistema nervioso, se produce el fenómeno del desarrollo. Es una ordenación cada vez más compleja, y si todo es correcto, la más eficaz de las diferentes funciones cerebrales.
Cuando hay ciertas dificultades en el desarrollo se pueden saltar etapas importantes, entonces a la larga pueden surgir problemas (de lateralidad, de motricidad fina, de equilibrio, de aprendizaje, etc.)
 Un desorden de lateralidad lleva como consecuencia la alteración, más o menos intensa, del proceso de aprendizaje. Se pueden perder informaciones, también se puede estropear la capacidad de automatización sensopsicomotora, determinar la presencia de acciones disléxicas...
 Con el método Padovan se reorganizan esas conexiones desde el inicio, y asípoder paliar las malas conexiones que han surgido durante el proceso madurativo de la persona.
 El Método Padovan Consiste en una secuencia de ejercicios corporales  simulando la evolución que hace el ser humano desde que nace hasta que camina (movimiento de extremidades, arrastre, gateo y marcha). Dicho proceso, lleva a cabo el desarrollo de vías neuronales que favorecen a la evolución de la persona tanto a nivel motriz como intelectual.
Cuando una de las vías neuronales está dañada, ya sea de nacimiento o por algún accidente, la reorganización neurofuncional ayuda a la estimulación de nuevas conexiones neuronales y así mejorar aquella parte afectada.





 Este método fue creado por Beatriz Pádovan, pedagoga y logopeda. Ella se basó en la pedagogía de Rudolf Steiner (creador de la pedadogía Waldorf, que se basa en la experimentación como esencia del aprendizaje) y la neurología de Temple Fay (comprobó que los pacientes con lesiones cerebrales estaban poco estimulados. Si esos pacientes eran estimulados, las neuronas eran capaces de crear conexiones nuevas y así favorecer el funcionamiento de la parte afectada.)
 Como ya hemos comentado, al nacer, nuestro sistema nervioso no es completo sino que se va desarrollando gracias a los estímulos que el bebé recibe. Lo que se pretende con la terapia de estimulación neurofuncional es reproducir una secuencia con los movimientos estereotipados que realizan todos los niños para madurar su sistema nervioso y así recuperar las conexiones que no se hayan realizado. Uno de los aspectos importantes que trabaja la estimulación neurofuncional es la boca, al realizar ejercicios de boca potenciamos la parte del lenguaje y eso favorece al desarrollo del pensamiento, a la comunicación y a la relación con el mundo que le rodea.
 La esencia de este Método es ANDAR – HABLAR – PENSAR, sin la marcha no hay lenguaje y sin el lenguaje no hay razonamiento. Por eso, se incide tanto en el trabajo motriz ya que es la base del desarrollo neuronal de las personas.
 La Reorganización neurofuncional basada en el Método Padovan, trabaja a nivel corporal y oral como un todo. No hay boca fuera del cuerpo, ni cuerpo fuera de la boca. Normalmente los niños que tienen dificultades para hablar, tampoco andan correctamente o tienen problemas de aprendizaje. Con este tratamiento se trabaja desde el cuerpo y la boca para tener resultados a todos los niveles.



“Ponernos de pie es el primer hecho que nos acerca a ser humanos (el segundo es el lenguaje). Andar nos hace humanos y además nos permite tener el cerebro tal y como lo tenemos. Utilizamos el movimiento para organizar o madurar, e incluso desarrollar caminos neurológicos que por diferentes circunstancias no funcionan bien.”
B. Padovan


En el Centro de Optometría Visio3, llevamos un bagaje de más de 20 años, de los cuales 12 se ha llevado a la práctica este método junto con la terapia visual. Gracias a esta fusión se han obtenido grandes resultados, ya que la parte motriz se encuentra en la formación más básica del cerebro y por eso es esencial que haya habido un desarrollo completo y estructurado. Un buen desarrollo motriz es la base para que a posteriori el sistema neurológico funcione correctamente.
El cerebro del ser humano consta de tres cerebros independientes; el reptiliano (se encarga de las funciones más instintivas: andar, respirar, la digestión, etc.) el límbico (se encarga de la parte más emocional.) y el neocórtex (es aquel que lleva a la práctica lo más racional y que necesita del cuerpo calloso para llevar a cabo sus funciones.)



Es por eso, que es necesaria la buena formación del primero para obtener un buen desarrollo del segundo y por consiguiente del tercero. El Método Padovan trabaja y corrige el cerebro reptiliano y eso favorece al buen procesamiento de las conexiones neuronales generales.







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martes, 14 de junio de 2016

¿Mamá, puedo usar lentillas?

El 75% de los niños menores de 16 años que utilizan gafas no practican deporte 
por miedo a romperlas.



¿Alguna vez te has planteado la posibilidad de que tus hijos utilicen lentes de contacto pero tienes dudas sobre ello? Incluso pudiera ser que ellos mismos te lo hubieran pedido y no sepas qué hacer.

En esta ocasión vamos a despejar cualquier duda que puedas tener sobre este tema.

Algunos datos

Según un estudio de la universidad Europea, el 75% de los niños menores de 16 años que utilizan gafas no practican deporte por miedo a romperlas,y hasta el 86% de los chicos que lo practican, deben quitarlas mientras realiza la actividad deportiva.
Además, todos sabemos que la apariencia estética y la aceptación social son dos de los aspectos más importantes en la vida de un adolescente. 
Esto implica, que niños que necesitan corrección visual pueden incluso dejar de utilizar las gafas porque no se sienten bien con ellas, y en aproximadamente un 30% de los casos, pueden tener dificultades de adaptación debido a las limitaciones que supone el uso de las mismas.

A partir de qué edad

No hay una edad mínima para empezar a usar lentes de contacto, ya que depende de las 
circunstancias y de las características de cada ojo y cada persona, pero a partir de 8 ó 9 años casi todos los niños pueden ser buenos candidatos para llevar lentes de contacto si 
adquieren los hábitos higiénicos y las destrezas manuales necesarias.

Diversos estudios han demostrado también que el cuidado e higiene de las lentes de contacto es mejor entre los niños que entre los adultos, posiblemente por disponer de mayor tiempo para ello.

Si te preguntas si tu hijo está preparado para todo lo que conlleva utilizar lentes de contacto, piensa en cómo maneja el resto de sus responsabilidades. Por ejemplo será importante que asuma la responsabilidad de lavarse las manos antes de ponerse y quitarse las lentillas.

Las lentes que como primera opción podrían ser las más adecuadas, son las lentes de 
contacto desechables diarias.

¿Qué lente de contacto?


La elección del tipo de lente depende de varios factores: graduación, edad, actividades que 
desarrolle el niño, uso etc.

Las lentes que como primera opción podrían ser las más adecuadas, sobre todo para niños por debajo de 10 años, son las lentes de contacto desechables diarias. 
Están diseñadas para ser llevadas cada día y al terminar el día tirarlas. No necesitan productos de mantenimiento, y si en algún momento se pierden o se rompen, el coste es bajo.





Les esperamos en:


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martes, 26 de abril de 2016

La Optometría Comportamental, visión de los sentidos.

Optometría y Visión



¿Qué es la Optometría? Optometría Comportamental.


La Optometría evalúa las habilidades visuales necesarias para que nuestro sistema visual funcione correcta y eficazmente. 
Dichas habilidades son: movimientos oculares, coordinación de ambos ojos, enfoque, percepción visual, campo visual, visión periférica, lateralidad visual y coordinación ojo-mano.
Estas habilidades son necesarias para que un niño pueda realizar un buen aprendizaje. No nacemos con ellas sino que se aprenden a lo largo de los primeros años de vida, por ello, cualquier interferencia en el desarrollo motor, neurológico, sensorial o cognitivo del niño puede interferir en el correcto desarrollo visual.
Cuando se realiza una revisión visual a un niño, normalmente se valora su agudeza visual a una distancia de 5-6 metros, pero es muy importante valorar su visión próxima, es decir, cuando lee y/o escribe. Una visión de lejos del 100% no es sinónimo de que el sistema visual funcione de forma eficaz. 


La optometría comportamental es una rama de la optometría que valora la visión de forma integrada con el resto de los sentidos. Por tanto, cualquier alteración en uno de ellos puede afectar al sistema visual. Es importante que estén interrelacionados y equilibrados entre si. 
Un optometrista comportamental evalúa y trata un problema de visión relacionándolo con el resto de los sentidos.
No solo es importante que los ojos y las vías visuales estén sanos para recibir la información, además esa información tiene que ser procesada de manera correcta en el cerebro, para que éste responda también de una manera adecuada.

Cada sentido no actúa independientemente. La información procedente de cada sentido llega al cerebro y allí es procesada conjuntamente para ser identificada, reconocida, entendida, aprendida, memorizada y diferenciada, etc… y finalmente se crea una respuesta. Un fallo en cualquiera de ellos, hace que no se ejecute correctamente.


Es muy importante diferenciar entre VISTA Y VISIÓN.

Cuando hablamos de vista hablamos de agudeza visual y cuando hablamos de visión nos referimos a la interrelación entre los ojos y el cerebro. La visión nos permite entender y comprender lo que vemos y hay que tener en cuenta que el 80 % de la información recibida es a través de nuestros ojos.
Como ejemplo, podemos observar estas imágenes. Una buena agudeza visual hará que veamos claramente una serie de manchas, sombras, relieves... Una buena visión hará que interpretemos todos estos signos dando sentido al dibujo.



                                                         Imágenes de VISIÓN e ILUSIONES ÓPTICAS:

Vista o VisiónVista o VisiónVista o Visión
Vista o VisiónVista o VisiónVista o Visión


La visión requiere de:

  • Estructuras oculares sanas: Los diferentes medios del ojo deben estar sanos y desarrollados para poder recibir la información que constantemente recibe del entorno.
  • Habilidades visuales: Si hay algún problema en alguna de estas habilidades visuales, nuestro sistema visual no trabajará de forma eficaz, ocasionando una serie de dificultades en nuestro rendimiento académico, profesional, deportivo...
  • Procesamiento de la información visual: Depende de unas habilidades viso-cognitivas perceptuales como son la identificación, discriminación, memoria visual, consciencia espacial y la integración con otros sentidos.

Más información en:

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viernes, 1 de abril de 2016

¿QUÉ ES LA LATERALIDAD?

El concepto de lateralidad, hace referencia a la predilección que nace de manera espontánea en un ser vivo para usar con mayor frecuencia los órganos que se encuentran en el lado derecho o izquierdo del cuerpo. Es una función cerebral superior, ésta requiere un desarrollo neurológico adecuado ya que se encarga de la distribución de las funciones que se establecen entre los dos hemisferios cerebrales. Dichas funciones derivan de la organización binaria de nuestro sistema nervioso. De hecho, gran parte de nuestro cuerpo se articula de forma doble: dos ojos, dos oídos, dos orejas, dos riñones, etc… nuestro cerebro igualmente dispone de dos estructuras hemisféricas diferenciadas y especializadas que se encargan de controlar  el complejo dual. De este modo, se integra la diferente información sensorial y nos ayuda a orientarnos en el espacio y en el tiempo, en definitiva, nos ayuda a interpretar el mundo que nos rodea.

Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios cerebrales los cuales están formados por cinco lóbulos; cuatro externos (frontal, parietal, temporal y occipital) y uno interno (ínsula).
La sensibilidad corporal y la motricidad de las partes derecha e izquierda del cuerpo están directamente relacionadas con el hemisferio contra-lateral, es decir, el hemisferio izquierdo controla la parte derecha del cuerpo y el hemisferio derecho controla la parte izquierda corporal.
Pero no sucede lo mismo con la visión y la audición, cada receptor envía información simultánea a los dos hemisferios. El hemisferio derecho gobierna el pensamiento concreto e imaginativo, un pensamiento holístico. Se relaciona con actividades espaciales, música, arte, fantasía, etc. y el izquierdo, gobierna el pensamiento lógico y abstracto, es un pensamiento lineal. Está relacionado con el procesamiento lingüístico, lógico, secuencial, matemático, científico, etc.






Esta especialización funcional hemisférica repercute en las personas zurdas ya que son considerados más sensibles e imaginativos.

Cuando se produce alguna disfunción, se puede ver afectada la parte del rendimiento intelectual, emocional y locomotor del individuo. Esto repercute también en el estado la autoestima, la inseguridad, la desmotivación, el sufrimiento personal y familiar, la ansiedad o el bloqueo delante de algún factor concreto.

La lateralidad se trata de una función mucho más compleja de lo que parece. No sólo se identifica la lateralidad con la mano con la que escribes, sino que en ella intervienen muchos factores relevantes. En el proceso de lateralización intervienen muchas conexiones neurológicas que deben estar bien formadas y con la maduración adecuada para poder desarrollar los movimientos y establecer los aprendizajes de forma correcta.

El hecho que un individuo pueda dominar la lateralidad, ayudará a que éste se sitúe en el espacio tomando como referencia objetos que tiene en su entorno. No situarse, puede conllevar, a la larga, problemas de aprendizaje.
Por ejemplo en el caso de las matemáticas se sabe que para poder sumar y restar distintas cifras se empieza de izquierda a derecha, si la persona no tiene bien adquirida la lateralidad le será difícil situarse delante del papel. Esto conlleva problemas a la hora de adquirir el conocimiento estipulado en la etapa escolar ya que la lateralidad en ese momento ya debería estar adquirida.

Para poder hacer una buena evaluación de la lateralidad del ser humano hay que tener en cuenta las dominancias siguientes:


- Dominancia ocular (ojo dominante)
- Dominancia auditiva (oído dominante)
- Dominancia podal (pie dominante)
- Dominancia manual (mano dominante)




Valorando estas cuatro dominancias se puede diferenciar la lateralidad en los tipos siguientes:
Lateralidad homogénea (mano, pie, ojo y oído del mismo lado ya sea derecho o izquierdo)
Lateralidad cruzada (cuando hay dominancias distintas ). Por ejemplo; la lateralidad cruzada  mal organizada de mano-ojo, es la que conlleva más problemas en los aprendizajes de lectura y escritura.
Lateralidad contrariada, (cuando un niño tiene como dominante una mano, pie, ojo u oído concreto, pero por circunstancias del entorno se ha visto obligado a trabajar y desarrollar el lado contrario).
- También se pueden clasificar como lateralidad mixta o ambidiestra. Ésta se usa para designar a aquellos individuos que presentan heterogeneidad en alguna o en todas las lateralidades. Son aquellos que son capaces de desarrollar una actividad con ambas partes del cuerpo. Este tipo de lateralidad puede producir problemas en el aprendizaje, ya que suelen ser personas inseguras y que tienen reacciones muy lentas.

 


Es importante saber que hay tres fases de lateralidad y que no debemos adelantar al niño/a al desarrollo.


- Fase de identificación (0-2 años): la lateralidad no está definida, el niño/a descubre el entorno y empieza a ser consciente de las partes del cuerpo que tiene y para qué sirven. Es la etapa de interaccionar con el medio que le rodea.
- Fase de alternancia (2-4 años): el niño/a explora usando las dos manos indistintamente para realizar sus actividades cotidianas.
Fase de automatización (4-6 años): poco a poco va automatizando sus gestos, es decir que es capaz de realizar los movimientos sin necesidad de pensarlos. En esta fase ya predomina un lado del cuerpo, por lo tanto ya debe haber adquirido una dominancia lateral.

Hay que tener en cuenta que cualquier tipo de lateralidad, si está bien organizada y bien adquirida, no tiene por qué derivar a problemas posteriores en el aprendizaje. En el momento que las dominancias no están en el nivel madurativo adecuado es cuando surgen las dificultades en el desarrollo de la persona.






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